martes, 8 de noviembre de 2011

Vampiros en el techo- II


Otra vez se despertó con esa mezcla de olor a pis con zorrino quemado, y unas pelotitas negras en el piso. En el techo están los murciélagos, escondidos entre la paja y la chapa. Su primera idea es armar la mochila y salir corriendo del rancho directo a la ruta, a hacer dedo para volver a su casa. Pero después de un rato, Alberto se sienta en el borde del colchón tirado sobre el piso, cruza las piernas y se pone a fumar despacio. Busca en su mochila un cuaderno chico en el que escribe ideas y versos por la mitad.  Se pone la remera y se cuelga el morralito mientras se calza las ojotas.  Sale apurado del rancho con un aire casi urbano de individuo apremiado por el tiempo. Rumbea al centro por un caminito  de barro y tierra hasta el cibercafé Ecos, una cabaña de madera que tiene un par de PC en mesas rústicas  al aire libre, abajo del alero .Ya lo conocen, y lo saludan con el afecto pasajero del turismo. Se sienta y empieza a teclear. Sin pensar mucho lo primero que escribe es:
¨matar vampiros¨.  Google le contesta con links sobre cómo matar vampiros y hombres lobos. Primer consejo, estaca de madera, ajo, o ponerlo entre dos espejos. Se tienta con más links, y ya se divagó como en facultad. Vuelve a hacer la búsqueda, esta vez más en serio: ¨murciélagos eliminar techos¨. Ahora sí, control de plagas, venenos, naftalenos. Todo muy complicado. Otro link dice: usar vapores de formol, pero parece que caen como desmayados al piso; demasiado asqueroso y además, qué hace después con los bichos. La idea de volverse a Montevideo le está gustando cada vez más. En Yahoo! respuestas, entre medio de varias cargadas aparece un buen consejo: espantar murciélagos con un ruido fuerte, una luz brillante para encandilarlos, y mucho humo:  podría funcionar.  Decide afinar la búsqueda, ¨espantqr murciélagos¨. Otra vez en Yahoo! answers, una genialidad: la receta incluye colgar CDs para que interfieran con el ultrasonido que usan los  murciélagos para orientarse en sus movimientos. Cómo enseña internet. De todo lo que apuntó en su libretita, fue subrayando:  ajos, humo, ruido, luz, CDs. Ya tiene un plan. Después de pagar por una hora de internet se va caminando a la  playa. La cuestión de la lucha contra los bichos lo puso energético.  Recuerda una vez más que entró a la facultad de  Agronomía porque le gustaba ver el campo verde y ondulado, la tierra negra recién arada, las plantas de maíz más altas que él, en aquella estancia de su abuelo que vendieron cuando él era chico. Pero los animales no le encantan, salvo los caballos.  Camina tranquilo con el viento en contra. La arena vuela por lo bajo y le pica en las piernas,  pero él se siente fuerte para la lucha.  Sólo tiene que esperar a que se haga de noche.